domingo, 12 de febrero de 2017

La escalera infinita

En los inicios de cada año casi de manera automática pensamos en nuevos proyectos y metas que deseamos cumplir. Hacerlo nos hace sentir que estamos avanzando y mejorando, pero el grado de cumplimiento a estos deseos tiene un porcentaje muy bajo de ejecución. Hay muchos factores que provocan esta situación entre ellos el alto nivel de expectativas que ponemos en las metas y esto generalmente está relacionado con la comparación de lo que hemos logrado con lo que tienen los demás. Compararnos con los demás es una mala estrategia ya que todos estamos en una escalera infinita:” siempre habrá personas que estén mejor y peor que nosotros. Nunca estaremos en la cima de todos ni tampoco en lo más bajo”.
Desde la niñez nos enfrentamos a la pesadilla de que nuestros padres nos estén continuamente comparando, con los hermanos y también con los amigos. Esta situación deja huellas indelebles en la mente y principalmente cuando no se logra cumplir las expectativas de alcanzar a la persona con quien nos comparan. El niño sufre impactos severos en su autoestima los cuales muchas veces nunca se superan. Esta  dañina costumbre afecta  a todos los protagonistas , por ejemplo si el hijo mayor logra éxito y sus hermanos no llegan a igualarlo genera rencillas y envidias hacia él que desarticulan la armonía entre los hermanos  , la presión de la comparación no estimula el crecimiento sino que lo interrumpe con esta emociones que no se pueden controlar .Podríamos pensar que esta acción de compararnos con los demás forma sociedades colectivistas donde se piensa en el bien común , muy por el contrario estimula el individualismo porque todos son considerados como rivales . Honduras es una sociedad individualista.
Hofstede distingue las cuatro dimensiones que definen una sociedad, éstas coinciden con las tareas a las que se enfrenta cualquier sociedad:   Individualismo-colectivismo.  Distancia de poder.  Masculinidad-femineidad.  Reducción de la incertidumbre.
Las sociedades colectivistas son aquellas en las que se percibe una interdependencia de sus miembros y donde prima el bienestar del grupo sobre el individuo, es decir, la consecución de los objetivos grupales sobre los individuales. La valía del individuo radica en cómo contribuye a la sociedad.
En cambio, en las sociedades individualistas sobresalen los valores que fomentan el éxito individual y la competencia consigo mismo, es decir, los objetivos del grupo quedan relegados a los objetivos personales.
La teoría de la Identidad Social de Taftel explica que las personas tenemos dos identidades la personal y la social. Más adelante Turner expuso la teoría de la Categorización del Yo, cuando la identidad social es saliente las personas actúan como miembros del grupo, mientras que cuando es la individual la saliente las personas se relacionan como individuos.         
En las sociedades colectivistas como la japonesa la identidad social es más saliente que la identidad individual, por eso los valores y normas sociales prevalecen sobre los individuales, es decir, la conducta es prosocial.(Tomado del blog Yo Psicólogo).
El principio saludable en el cumplimiento de las metas es “Debemos competir con nosotros mismos, nunca comparándonos con lo que hacen los demás “
Cumplir este principio nos ahorrará muchos inconvenientes ya que no estaremos angustiados o frustrados (de hecho así estaremos por lo de la escalera infinita) sino alcanzamos estos parámetros de los demás. La auto superación nos lleva al éxito sin repercusiones emocionales perjudiciales y contribuye a revertir este proceso de sociedad individualista que nos tiene postrados y que nos impide reaccionar ante las acciones que se cometen en contra del bien común .
Si yo como individuo me dedico a mejorar con mis propios parámetros entonces tendré más disposición a la colaboración colectiva, o sea la visión del bien común.
Como padres de familia debemos estar conscientes que la comparación hace mucho daño no solo a los protagonistas (hermanos) sino que al clima de toda la familia y por ende de la sociedad.


6 comentarios:

Pyony Martínez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pyony Martínez dijo...
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Pyony Martínez dijo...
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Pyony Martínez dijo...
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Pyony Martínez dijo...

Antes que nada, me agrado mucho este articulo, ya que es una descripción muy válida en especial en este país (Honduras). Donde los que tiene el poder económico en sus manos, nunca buscan y no buscarán el bien común de la sociedad. El individualismo hoy más que nunca se percibe en carne propia. Donde hay personas suplicando por un bocado de comida para todo un día, y otros cada día se engordan más no sólo de comida sino también llenan sus bolsios de dinero con el sudor de otro.
Digo se percibe, pero lo más correcto es decir, se vive.
Ojalá no sea una utopía pensar que algún día viviremos en una sociedad que busca el bien común y no el bien meramente personal.

yonymartinez6@gmail.com

Pyony Martínez dijo...

Antes que nada, me agrado mucho este articulo, ya que es una descripción muy válida en especial en este país (Honduras). Donde los que tiene el poder económico en sus manos, nunca buscan y no buscarán el bien común de la sociedad. El individualismo hoy más que nunca se percibe en carne propia. Donde hay personas suplicando por un bocado de comida para todo un día, y otros cada día se engordan más no sólo de comida sino también llenan sus bolsios de dinero con el sudor de otro.
Digo se percibe, pero lo más correcto es decir, se vive.
Ojalá no sea una utopía pensar que algún día viviremos en una sociedad que busca el bien común y no el bien meramente personal.

yonymartinez6@gmail.com

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