sábado, 10 de marzo de 2012

Educando la bondad


Con una sociedad en crisis y sin aparente mejoría , sólo queda  ver hacia una gente menuda  q ue  son nuestros hijos y nietos y que son los que quedarán en este caos .
La educación ya no es tener el mayor título posible y como meta debe ser complementaria a la más importante educación: la de la persona.
Una de las esencias del ser humano es la bondad , ya que es un eje que hace que los demás valores entren en acción ,el mayor enemigo de la bondad es la concepción arraigada que por ningún motivo debemos ser personas tontas y dejadas lo cual no es malo siempre y cuando no se deje de ver a otros como hermanos y no como entes peligrosos(aunque lo sean) .
La bondad es una de las cualidades humanas que mejor reflejan la esencia humana, pues la persona bondadosa es buena, benigna y benévola, y a veces se la relaciona con la amabilidad. Tiene inclinación por hacer el bien a los demás, y lo hace con afecto, comprensión y respeto. La mejor persona suele ser bondadosa. Por eso la necesidad de iniciar cuanto antes a los niños en las conductas bondadosas. El niño que aprende a construir la paz y vivirla en bondad, recibirá muchas dádivas a cambio.
Para conseguir que los niños sepan qué es la bondad, el ejemplo es la mejor herramienta. El modelo que le ofrece el adulto le dirá mucho más que mil palabras. Y su efecto será más inmediato y más profundo si este adulto realiza acciones que revelen comportamientos bondadosos. Los niños deben aprender que lo mejor es ayudar, comprender y cooperar, en lugar de agredir, arrebatar o maltratar.
 Según el diccionario Larousse “Bondad es la natural inclinación a hacer el bien. Compasión. Sentimiento de conmiseración y lástima que se tiene hacia quienes sufren penalidades o desgracias. Compromiso. Obligación contraída, palabra dada. Solidaridad. Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros. Comprensión. Actitud tolerante para entender a los demás.”
En el mundo que te rodea, en tu entorno humano, has tenido ocasiones de alegría que compartiste y celebraste: un logro personal, o el de una persona cercana a ti (tus padres, tus hermanos, tus amigos), una improvisada reunión en tu casa o un divertido juego en la escuela. Pero también has conocido circunstancias tristes que quizá te ocurrieron a ti o a alguien cercano. Puede tratarse de asuntos muy sencillos (el fracaso en una competencia) o de otros mucho más importantes: la enfermedad, la necesidad extrema, la pérdida de las ilusiones. Cuando viste que alguien lloraba, te acercaste para preguntarle “¿qué te pasa?” y le ofreciste tu ayuda. Hiciste uso de un poderoso conjunto de valores: fuiste sensible con respecto a tu prójimo, le mostraste tu disposición a ayudarlo para recuperar su bienestar

La bondad es una disposición de la inteligencia y los afectos para buscar el bien y el desarrollo de los demás. Mientras la compasión consiste en ayudar a quienes viven situaciones difíciles para evitar su sufrimiento, la comprensión nos permite entenderlos. Esas ideas se relacionan con un firme sentido del compromiso: no se trata sólo de dar palmadas al hombro y desentendernos de los problemas ajenos, sino de ejercer un conjunto continuo de acciones en bien de los demás, aun cuando no obtengamos más beneficio que el gusto de ayudarlos. La solidaridad culmina el proceso en un horizonte mucho más amplio: muchas personas se unen para apoyar a quienes apenas conocen, pero saben que sufren

La indiferencia con respecto a los demás reduce la posibilidad de establecer vínculos estrechos y de recibir ayuda al necesitarla. En muchas ocasiones termina por deteriorar nuestra propia calidad de vida
La bondad es la manifestación de las mayores cualidades que pueden alcanzar un hombre y una mujer: sentimientos nobles, inteligencia para comprender a los demás y capacidad de ayuda. Sirviendo a los otros, llevan a la máxima altura su potencial como humanos.
En el otro lado se encuentran las personas indiferentes, aquellas que son insensibles a lo que ocurre a quienes las rodean. Junto a ellas se sitúan las que permanecen en el reino de las buenas intenciones y no deciden actuar.
Más allá de los resultados prácticos, los buenos siempre triunfan por su actitud, por la claridad de pensamientos e intenciones.(fundación Televisa)
¿Cómo aprender a ser bueno?
- Con los ejemplos de sus padres y hermanos mayores
- Haciendo compañía a sus abuelos
- Aprendiendo a cuidar de su habitación y recogiendo sus juguetes
- Ayudando a sus padres en la labor del hogar
- Abriendo la puerta a un anciano
- Cuidando y dando buenos consejos a los hermanos pequeños
- Contribuyendo con su profesora en clase
- Dejando prestado o regalando algunas pertenencias suyas a los demás y a los que nada tienen
- Llevando ropas usadas con sus padres a alguna institución(- Cuentos y canciones para compartir valores. Ed.de la Infancia).
Los padres debemos cambiar el esquema de que la mejor herencia que le dejamos a nuestros hijos es su educación pero no en el sentido intelectual sino en el humano , recuerda que la escuela sólo contribuye con un pequeño porcentaje a este objetivo , los principales protagonistas somos nosotros :los padres y los abuelos.



1 comentario:

Noemi dijo...

Creo que la bondad como una forma de Inteligencia Emocional es en algunas personas algo tan innato tanto así que a veces conocemos personas bondadosas que no hace falta que hagan algo para demostrarnos que son bondadosos, con sólo verles es como si transmitieran esa sensibilidad e inspiran una Paz incomprensible, creo que algunos afortunados tenemos la dicha de ser sensibles al sufrimiento ajeno y la capacidad de ayudar desde pequeños aunque no lo hayamos aprendido de nadie, pero es tan importantísimo gestionar esto en los niños sobre todo porque los tiempos van más acelerados y poseer este tipo de valores es como encontrar agua en un desierto, un tipo de agua para el alma, para el espíritu..

Bonito tópico eh!! ;)

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