valores personales
En un mundo que nos presiona para catalogar el éxito en función a la acumulación de bienes materiales y apariencia física, la jerarquía casi no deja lugar a lo que realmente tiene importancia como los valores humanos ,morales y los personales. La presión se manifiesta cuando la sociedad separa las personas según los requisitos materiales ,físicos o intelectuales , los que van a la cabeza obviamente son los que tienen los tres , o más de uno ;considerar retomar los valores parece utópico sin embargo todo esfuerzo por revertir esta patrón social empieza por uno mismo.
Los valores personales son aquellos que cada persona considera imprescindibles y sobre los cuales construye su vida y sus relaciones con los demás. Normalmente suelen ser una combinación de valores familiares y socio-culturales, además de los que cada uno va aportándose a sí mismo según sus vivencias personales, su encuentro con otras personas, culturas...
En la pagina “ Quito “ en el tema código de ética aparece un interesante esfuerzo de mencionar factores puntuales de tres valores personales , donde cada uno de nosotros puede verificar su cumplimiento , a continuación el esquema:
1)Honestidad: Digo la verdad. No me aprovecho de los demás, ni de los bienes ni recursos ajenos.
Trato a todos con justicia, equidad y con apego a la ley. Soy auténtico, me presento como soy, sin atentar contra los derechos de los demás. Soy coherente entre lo que digo y lo que hago.
2)Bondad: Establezco y mantengo relaciones armónicas con los demás. Soy conciliador y mediador en situaciones difíciles o conflictivas. Sirvo y colaboro con todos en cualquier momento y lugar.
No soy rencoroso: sé perdonar los agravios u ofensas y evito causarlos. Soy solidario y reafirmo permanentemente mi compromiso y responsabilidad social.
3)Perseverancia: Busco sistemáticamente el logro de mis metas y objetivos. Cumplo con mis compromisos y responsabilidades, a pesar de las dificultades. No me desmotivo ante las dificultades. Busco alternativas de solución ante los problemas y circunstancias difíciles. Me esfuerzo por no dejar trabajos pendientes.
4)Si agregamos la humildad consideraría como factores puntuales los siguientes: No hago alarde de lo que tengo o lo que sé. Prefiero que otros estimen mis contribuciones .Si alguien dice ser mejor que yo lo acepto no trato de enfurecerme. No aparento ser humilde .
5)Tolerancia : Ante las dificultades o limitaciones de los demás trato de ser comprensivo. Tengo paciencia y no me enojo si las cosas no salen como lo he planeado.
Argandoña Antonio establece que los valores se predican de las personas y de las colectividades, pero de diferente manera.
Ahora bien, si una persona es tolerante, y otra también lo es, y una tercera, y otra, ¿podemos concluir que la sociedad formada por todas ellas será tolerante? Sí, pero sólo como condición de posibilidad. Para hablar de un valor social pedimos algo más, porque la sociedad no es un mero agregado de personas, sino que tiene una entidad propia: unos fines propios, no necesariamente coincidentes con los de sus miembros, una organización, reglas, normas, instituciones, costumbres, etc. (aunque esta afirmación no la aceptarán algunos individualistas).
Por ello, la tolerancia será un valor social no sólo porque la mayoría de los individuos sean, cada uno por separado, tolerantes, sino en la medida en que comprometa las actuaciones de las personas, no sólo individual, sino también socialmente, como colectividad, es decir, incluyendo sus instituciones, leyes, costumbres y conductas. Son las personas las que deciden actuar de acuerdo con ciertos valores, pero el acuerdo (habitualmente implícito) de todas las que forman una sociedad (o de una gran parte de ellas) de vivir de acuerdo con esos valores los convierte en valores colectivos o sociales.
De este modo, la dimensión social de los valores añade a la dimensión personal un entorno (instituciones, leyes, incentivos, costumbres, premios y castigos, motivaciones, etc.) que trata de conseguir, como mínimo, que las conductas no sean contrarias al valor y, como ideal, que las personas se adhieran al valor, aprendan a ponerlo en práctica y vivan de acuerdo con el mismo, lo que, a su vez, reafirmará el papel de aquellas instituciones y normas. Por su parte, la dimensión personal de los valores el convencimiento con que cada persona los vive, más o menos independientemente de su entorno; las razones por las que se solidariza con ellos, etc.añade, sobre todo, firmeza a la práctica promovida por la comunidad. Pero no sólo eso, porque Los valores personales no tienen por qué coincidir con los sociales.
Y, de hecho, a menudo no coinciden. Y las relaciones entre ambos tipos de valores son complejas: coherentes o discrepantes, más o menos coherentes o discrepantes, con todos los matices. Ambos tipos de valores coexisten (lo que no crea problemas cuando son coherentes, pero sí cuando son discrepantes), se interrelacionan y se influyen mutuamente. Y como los hombres y mujeres formamos parte de numerosos grupos, de numerosas comunidades, con diversos grados de permanencia y compromiso, esas relaciones de coherencia y discrepancia se multiplican, y aquellas interrelaciones e influencias pueden presentar trayectorias dinámicas muy complejas.
De lo anterior podemos deducir también que es muy probable que la gama de valores de una persona presente contradicciones, y más aún la de una sociedad
Esto puede ocurrir porque ha elegido o aceptado valores contradictorios. 0 porque los está cambiando, y algunos de los nuevos valores no se compaginan con algunos de los antiguos. Pero vivir instalado en la incoherencia no es fácil ni, a la larga, compatible con la estabilidad psíquica, emocional y moral de la persona, debido a la existencia de procesos de aprendizaje individual y social y a la consiguiente adaptación de las conductas.
Mejorar continuamente como persona debe ser más importante que prosperar económicamente ,cuidar nuestra apariencia o llegar a tener un título de doctor , y porque esto casi es una utopía es que la humanidad se enfrenta a un peor crisis que la económica : la interpersonal.
Los valores personales son aquellos que cada persona considera imprescindibles y sobre los cuales construye su vida y sus relaciones con los demás. Normalmente suelen ser una combinación de valores familiares y socio-culturales, además de los que cada uno va aportándose a sí mismo según sus vivencias personales, su encuentro con otras personas, culturas...
En la pagina “ Quito “ en el tema código de ética aparece un interesante esfuerzo de mencionar factores puntuales de tres valores personales , donde cada uno de nosotros puede verificar su cumplimiento , a continuación el esquema:
1)Honestidad: Digo la verdad. No me aprovecho de los demás, ni de los bienes ni recursos ajenos.
Trato a todos con justicia, equidad y con apego a la ley. Soy auténtico, me presento como soy, sin atentar contra los derechos de los demás. Soy coherente entre lo que digo y lo que hago.
2)Bondad: Establezco y mantengo relaciones armónicas con los demás. Soy conciliador y mediador en situaciones difíciles o conflictivas. Sirvo y colaboro con todos en cualquier momento y lugar.
No soy rencoroso: sé perdonar los agravios u ofensas y evito causarlos. Soy solidario y reafirmo permanentemente mi compromiso y responsabilidad social.
3)Perseverancia: Busco sistemáticamente el logro de mis metas y objetivos. Cumplo con mis compromisos y responsabilidades, a pesar de las dificultades. No me desmotivo ante las dificultades. Busco alternativas de solución ante los problemas y circunstancias difíciles. Me esfuerzo por no dejar trabajos pendientes.
4)Si agregamos la humildad consideraría como factores puntuales los siguientes: No hago alarde de lo que tengo o lo que sé. Prefiero que otros estimen mis contribuciones .Si alguien dice ser mejor que yo lo acepto no trato de enfurecerme. No aparento ser humilde .
5)Tolerancia : Ante las dificultades o limitaciones de los demás trato de ser comprensivo. Tengo paciencia y no me enojo si las cosas no salen como lo he planeado.
Argandoña Antonio establece que los valores se predican de las personas y de las colectividades, pero de diferente manera.
Ahora bien, si una persona es tolerante, y otra también lo es, y una tercera, y otra, ¿podemos concluir que la sociedad formada por todas ellas será tolerante? Sí, pero sólo como condición de posibilidad. Para hablar de un valor social pedimos algo más, porque la sociedad no es un mero agregado de personas, sino que tiene una entidad propia: unos fines propios, no necesariamente coincidentes con los de sus miembros, una organización, reglas, normas, instituciones, costumbres, etc. (aunque esta afirmación no la aceptarán algunos individualistas).
Por ello, la tolerancia será un valor social no sólo porque la mayoría de los individuos sean, cada uno por separado, tolerantes, sino en la medida en que comprometa las actuaciones de las personas, no sólo individual, sino también socialmente, como colectividad, es decir, incluyendo sus instituciones, leyes, costumbres y conductas. Son las personas las que deciden actuar de acuerdo con ciertos valores, pero el acuerdo (habitualmente implícito) de todas las que forman una sociedad (o de una gran parte de ellas) de vivir de acuerdo con esos valores los convierte en valores colectivos o sociales.
De este modo, la dimensión social de los valores añade a la dimensión personal un entorno (instituciones, leyes, incentivos, costumbres, premios y castigos, motivaciones, etc.) que trata de conseguir, como mínimo, que las conductas no sean contrarias al valor y, como ideal, que las personas se adhieran al valor, aprendan a ponerlo en práctica y vivan de acuerdo con el mismo, lo que, a su vez, reafirmará el papel de aquellas instituciones y normas. Por su parte, la dimensión personal de los valores el convencimiento con que cada persona los vive, más o menos independientemente de su entorno; las razones por las que se solidariza con ellos, etc.añade, sobre todo, firmeza a la práctica promovida por la comunidad. Pero no sólo eso, porque Los valores personales no tienen por qué coincidir con los sociales.
Y, de hecho, a menudo no coinciden. Y las relaciones entre ambos tipos de valores son complejas: coherentes o discrepantes, más o menos coherentes o discrepantes, con todos los matices. Ambos tipos de valores coexisten (lo que no crea problemas cuando son coherentes, pero sí cuando son discrepantes), se interrelacionan y se influyen mutuamente. Y como los hombres y mujeres formamos parte de numerosos grupos, de numerosas comunidades, con diversos grados de permanencia y compromiso, esas relaciones de coherencia y discrepancia se multiplican, y aquellas interrelaciones e influencias pueden presentar trayectorias dinámicas muy complejas.
De lo anterior podemos deducir también que es muy probable que la gama de valores de una persona presente contradicciones, y más aún la de una sociedad
Esto puede ocurrir porque ha elegido o aceptado valores contradictorios. 0 porque los está cambiando, y algunos de los nuevos valores no se compaginan con algunos de los antiguos. Pero vivir instalado en la incoherencia no es fácil ni, a la larga, compatible con la estabilidad psíquica, emocional y moral de la persona, debido a la existencia de procesos de aprendizaje individual y social y a la consiguiente adaptación de las conductas.
Mejorar continuamente como persona debe ser más importante que prosperar económicamente ,cuidar nuestra apariencia o llegar a tener un título de doctor , y porque esto casi es una utopía es que la humanidad se enfrenta a un peor crisis que la económica : la interpersonal.
Comentarios
no perder nuestros valores que son muy importantes que nos los enseñan desde pequeños y nos toca ahora traspasarlos.
hay que vivir bien este mundo y ser perseverantes, no perdernos en el camino con ponernos obstáculos nosotros mismos. para llegar a ser alguien y sentirnos orgullosos
porque "todos podemos hacer el cambio"