Cuando hablamos de gestión nos referimos a la posibilidad de encontrar recursos en este caso para las emociones de manera que sean favorables los resultados en varios ámbitos. En el hogar escuela o trabajo.
La Gestión Emocional se fundamenta en la autoestima, el compromiso, la responsabilidad y la libertad ante sí mismo y ante los demás, a partir del desarrollo de la propia conciencia.
Únicamente cuando nos sentimos seguros de nosotros mismos, en entornos distendidos, que poseemos recursos y experiencias apropiadas y suficientes, las personas podemos paulatinamente ir reflexionando sobre nuestros modos de reaccionar, proceder y de interactuar
La Gestión Emocional integra conceptos y experiencias tan diversas como el miedo, la ira, la alegría, la tristeza, el amor, la sorpresa y la vergüenza.
Al niño no hay que dejarlo a la deriva, emocionalmente hablando sino que debemos ser proveedores de emociones positivas sin demasiado intervencionismo para que vayan moldeando de la mejor manera sus emociones, esto lo extenderán a la escuela y por supuesto ya adultos al mundo laboral.
Algunas de las principales fallas de los padres consisten como dice Aitziber Barrutia Leonardo es no enseñarles a manejar adaptativamente la frustración, existen cuatro factores puntuales :
1. La culpa. Debido principalmente a motivos laborales y actividades extraescolares, las madres y padres de hoy en día cada vez tienen menos tiempo para dedicar a sus hijos/as, y el que disponen prefieren invertirlo en verles sonreír. Pero esas carencias afectivas no pueden suplirse con posesiones materiales.
2. El humor. A pesar de que en ocasiones resulten graciosas las reacciones viscerales de un niño de cinco años en un momento de rabieta, sus amenazas de “¡Pues ya no te quiero!” o incluso sus puntapiés, el niño interioriza esta reacción como forma válida y aceptada para conseguir su objetivo. Imagínese la magnitud de sus amenazas y su fuerza física a los quince o veinticinco años. ¿Qué pasará cuando no obtenga el puesto de trabajo deseado o la atención de esa chica que tanto le interesa?.
3)La vergüenza
Muchas madres y padres reconocen no sentirse capaces de negar las demandas de sus hijos por el miedo al qué dirán. Las normas que no se cumplen siempre, sin excepciones, crean confusión en los niños/as y en el caso de que termine por entender que la actitud adoptada varía en función de la gente que esté presente, es más que probable que utilice esta nueva estrategia en su propio beneficio, pidiéndole cosas cuando sepa que usted no puede negarse.
4. Miedo a frustrar. Muchas madres y padres temen que decir “no” vaya a frustrar y tener consecuencias perjudiciales para sus hijos. Lo cierto es que los niños buscan, necesitan y agradecen los límites. Piensen si no, en cuando su hijo/a comenzó a dar los primeros pasos y corría mirándole a usted por el rabillo del ojo esperando un “¡Para!” definitivo o una mano que lo detuviese con firmeza. Si bien en un momento concreto pueden generar frustración, a largo plazo, los límites son necesarios. Será tarea de las madres y padres aprender cómo y cuándo hacerlo.
No olvidemos que la niñez es un proceso educativo, un paseo de reconocimiento donde los niños/as aprenden a utilizar herramientas que les servirán para desenvolverse en la vida. En él aprenden patrones de conducta que, muy probablemente, repetirán de mayores con el fin de obtener resultados similares termina diciendo Leonardo.
Cuando llegamos a ser personas productivas expresamos mucho de esa gestión equivocada o no que se fomentó en nuestros hogares.
La profesora de Gestión de Wharton Sigal Barsade, la cual estudia la influencia de las emociones en el lugar de trabajo dice que “las emociones viajan de persona a persona como si se tratase de un virus”.
Barsade es coautora de un nuevo artículo titulado "Why Does Affect Matter in Organizations?" (“¿Por qué el afecto importa en las organizaciones?) Afecto es una palabra que en los estudios de comportamiento también se emplea para hacer referencia a las emociones. La respuesta a la cuestión: el estado de humor, emociones y temperamento de los trabajadores en general tienen efectos sobre los resultados laborales, sobre los procesos de toma de decisiones, la creatividad, las tasas de rotación, el trabajo en equipo, las negociaciones y el liderazgo.
“La literatura actual muestra que el afecto importa porque los individuos no son islas emocionales aisladas; cuando los trabajadores acuden al trabajo, también llevan consigo sus rasgos, estado de humor y emociones; sus experiencias y expresiones afectivas afectan a los demás”, se puede leer en el artículo, del que también es autor Donald Gibson, de Dolan School of Business, Universidad de Fairfield.
Que aprendemos de esto? Porque llamamos jungla al trabajo? Pues porque allí hay todo tipo de acciones generalmente deleznables entre compañeros de trabajo : envidias , zancadillas , chismes ,y otros daños mayores ,producto de una mala gestión en el hogar .
Al acudir al trabajo los empleados también llevan consigo sus emociones. Llevan consigo su cerebro. Llevan consigo sus emociones. Los sentimientos determinan los resultados. Determinan el comportamiento y otros sentimientos. Hay que pensar en la gente como conductores de emociones”.
En este artículo, Barsade y Gibson consideran tres tipos diferentes de sentimientos:
Emociones puntuales de corto plazo, como la alegría, la ira, el miedo y la indignación.
Estados de humor, que son sentimientos que perduran algo más y no están necesariamente relacionados con una causa particular. Por ejemplo, una persona puede estar de buen o de mal humor.
Rasgos de la personalidad, que definen el enfoque general de una persona ante la vida. “Siempre es tan alegre”, o “Siempre mira el lado negativo”. En conclusión si nosotros como padres experimentamos todos los problemas en el trabajo debido a lo que nos hacen los demás con mucha más razón debemos enmendar las acciones equivocadas con nuestros hijos; cada día que regresamos de nuestros trabajos hay que realizar una gestión positiva de las emociones ,este es el mejor legado que les dejaremos.
La Gestión Emocional se fundamenta en la autoestima, el compromiso, la responsabilidad y la libertad ante sí mismo y ante los demás, a partir del desarrollo de la propia conciencia.
Únicamente cuando nos sentimos seguros de nosotros mismos, en entornos distendidos, que poseemos recursos y experiencias apropiadas y suficientes, las personas podemos paulatinamente ir reflexionando sobre nuestros modos de reaccionar, proceder y de interactuar
La Gestión Emocional integra conceptos y experiencias tan diversas como el miedo, la ira, la alegría, la tristeza, el amor, la sorpresa y la vergüenza.
Al niño no hay que dejarlo a la deriva, emocionalmente hablando sino que debemos ser proveedores de emociones positivas sin demasiado intervencionismo para que vayan moldeando de la mejor manera sus emociones, esto lo extenderán a la escuela y por supuesto ya adultos al mundo laboral.
Algunas de las principales fallas de los padres consisten como dice Aitziber Barrutia Leonardo es no enseñarles a manejar adaptativamente la frustración, existen cuatro factores puntuales :
1. La culpa. Debido principalmente a motivos laborales y actividades extraescolares, las madres y padres de hoy en día cada vez tienen menos tiempo para dedicar a sus hijos/as, y el que disponen prefieren invertirlo en verles sonreír. Pero esas carencias afectivas no pueden suplirse con posesiones materiales.
2. El humor. A pesar de que en ocasiones resulten graciosas las reacciones viscerales de un niño de cinco años en un momento de rabieta, sus amenazas de “¡Pues ya no te quiero!” o incluso sus puntapiés, el niño interioriza esta reacción como forma válida y aceptada para conseguir su objetivo. Imagínese la magnitud de sus amenazas y su fuerza física a los quince o veinticinco años. ¿Qué pasará cuando no obtenga el puesto de trabajo deseado o la atención de esa chica que tanto le interesa?.
3)La vergüenza
Muchas madres y padres reconocen no sentirse capaces de negar las demandas de sus hijos por el miedo al qué dirán. Las normas que no se cumplen siempre, sin excepciones, crean confusión en los niños/as y en el caso de que termine por entender que la actitud adoptada varía en función de la gente que esté presente, es más que probable que utilice esta nueva estrategia en su propio beneficio, pidiéndole cosas cuando sepa que usted no puede negarse.
4. Miedo a frustrar. Muchas madres y padres temen que decir “no” vaya a frustrar y tener consecuencias perjudiciales para sus hijos. Lo cierto es que los niños buscan, necesitan y agradecen los límites. Piensen si no, en cuando su hijo/a comenzó a dar los primeros pasos y corría mirándole a usted por el rabillo del ojo esperando un “¡Para!” definitivo o una mano que lo detuviese con firmeza. Si bien en un momento concreto pueden generar frustración, a largo plazo, los límites son necesarios. Será tarea de las madres y padres aprender cómo y cuándo hacerlo.
No olvidemos que la niñez es un proceso educativo, un paseo de reconocimiento donde los niños/as aprenden a utilizar herramientas que les servirán para desenvolverse en la vida. En él aprenden patrones de conducta que, muy probablemente, repetirán de mayores con el fin de obtener resultados similares termina diciendo Leonardo.
Cuando llegamos a ser personas productivas expresamos mucho de esa gestión equivocada o no que se fomentó en nuestros hogares.
La profesora de Gestión de Wharton Sigal Barsade, la cual estudia la influencia de las emociones en el lugar de trabajo dice que “las emociones viajan de persona a persona como si se tratase de un virus”.
Barsade es coautora de un nuevo artículo titulado "Why Does Affect Matter in Organizations?" (“¿Por qué el afecto importa en las organizaciones?) Afecto es una palabra que en los estudios de comportamiento también se emplea para hacer referencia a las emociones. La respuesta a la cuestión: el estado de humor, emociones y temperamento de los trabajadores en general tienen efectos sobre los resultados laborales, sobre los procesos de toma de decisiones, la creatividad, las tasas de rotación, el trabajo en equipo, las negociaciones y el liderazgo.
“La literatura actual muestra que el afecto importa porque los individuos no son islas emocionales aisladas; cuando los trabajadores acuden al trabajo, también llevan consigo sus rasgos, estado de humor y emociones; sus experiencias y expresiones afectivas afectan a los demás”, se puede leer en el artículo, del que también es autor Donald Gibson, de Dolan School of Business, Universidad de Fairfield.
Que aprendemos de esto? Porque llamamos jungla al trabajo? Pues porque allí hay todo tipo de acciones generalmente deleznables entre compañeros de trabajo : envidias , zancadillas , chismes ,y otros daños mayores ,producto de una mala gestión en el hogar .
Al acudir al trabajo los empleados también llevan consigo sus emociones. Llevan consigo su cerebro. Llevan consigo sus emociones. Los sentimientos determinan los resultados. Determinan el comportamiento y otros sentimientos. Hay que pensar en la gente como conductores de emociones”.
En este artículo, Barsade y Gibson consideran tres tipos diferentes de sentimientos:
Emociones puntuales de corto plazo, como la alegría, la ira, el miedo y la indignación.
Estados de humor, que son sentimientos que perduran algo más y no están necesariamente relacionados con una causa particular. Por ejemplo, una persona puede estar de buen o de mal humor.
Rasgos de la personalidad, que definen el enfoque general de una persona ante la vida. “Siempre es tan alegre”, o “Siempre mira el lado negativo”. En conclusión si nosotros como padres experimentamos todos los problemas en el trabajo debido a lo que nos hacen los demás con mucha más razón debemos enmendar las acciones equivocadas con nuestros hijos; cada día que regresamos de nuestros trabajos hay que realizar una gestión positiva de las emociones ,este es el mejor legado que les dejaremos.