Ya no le podemos llamar
cuarentena porque llevamos más de 40 días confinados en nuestras casas, pero sí
lo catalogamos como encierro o confinamiento por las razones que todo el mundo sabe.
El cambio brusco a que nos sometimos en el mundo tiene que dejar secuelas, si
mencionamos las positivas pues diremos que la sobrevivencia al no contagiarnos
y el fortalecimiento de la dinámica familiar esto en sentido general. Pero
también dejará secuelas negativas en una u otra medida. Es comprobada la
relación entre el hacinamiento y la agresividad , entre más pequeña sea la casa
de habitación más hacinamiento existe y con eso hemos pasado todo el tiempo
,entrando y saliendo de casa solo compartiendo breves momentos en la mañana y
en la tarde-noche sin muchos perjuicios aparentes , pero cuando se da el giro
violento a la convivencia las 24 horas pueden sentirse más la agresividad o
irritabilidad como efecto de este hacinamiento , estas dos manifestaciones
conductuales pueden provocar abuso de autoridad de los padres a los niños o sea el abuso infantil , lo cual es serio
porque los deja marcados de por vida y esto solo sería por el hacinamiento , si sumamos la frustración , preocupaciones por el
sustento diario , la estabilidad laboral se eleva exponencialmente las
reacciones conductuales . Esta probable situación de los niños casi no se aborda,
pero puede estar ocurriendo, aparte que si los adultos no tienen paciencia ante
su nuevo papel de colaboradores en las tareas de sus hijos pueden generarse
muchas situaciones tensionales en las que sale perdiendo los pequeños.
Otra secuela puede surgir entre
los adultos, altercados entre la pareja donde tiene las de perder la mujer
generando violencia doméstica, pero en general se pone a prueba la dinámica
emocional entre ellos su capacidad mutua de tolerancia que dejará huellas una
vez que salgamos del encierro.
Por otra parte la salud mental
individual está sometida a duras experiencias , la conjugación de la personalidad
, el carácter y el control emocional dan como resultados efectos tan positivos
como la resiliencia que es la capacidad del individuo para recuperarse de las
experiencias desagradables y seguir adelante o por el contrario el surgimiento
de pensamientos de no sentido de la vida , o sea cuadros depresivos que
conducen a ideas pre suicidas o al suicidio mismo, es una situación interna
imperceptible inclusive para la misma familia aunque se da cuando la persona
puede estar sola físicamente , lo cual en hogares con hacinamiento son
favorables contra esta secuela en el sentido que todos están en contacto , por
lo menos en lo referente al suicidio pero no con las ideas pre-suicidas.
Debemos ser responsables y decir
que cada familia vive sus propias experiencias y no se pueden crear estándares
de exposiciones teóricas de lo que se experimenta o consejos generales como
remedio milagroso, en este sentido el panorama expuesto anteriormente puede darse,
pero también puede ser todo lo contrario, que la armonía sea el patrón existente.
Pero no se puede soslayar que el
encierro prolongado nos afectará en una u otra forma por eso debemos aceptar el
reto de vivir lo mejor que se pueda el día a día , aunque si no se tiene
trabajo ni nada que llevar a la boca para comer es angustiante para todo ser
humano , por lo tanto urgen revisiones serias del abordaje de esta pandemia ,
que el gobierno utilice a los profesionales más pertinentes para cada aspecto
de la pandemia , no solo es el aspecto médico sino que se deben ocupar
profesionales de las ciencias sociales , las intangibles , como la psicología, la sociología ,
antropología , historia , trabajo social etc.
Se necesitan también expertos en bioestadística
que sepan conducir el asunto de las cifras porcentuales y que se manejen con
transparencia y buenas intenciones, que no sea Honduras objeto de sospecha por
el mal manejo de las éstas y que el pueblo sienta que vamos saliendo de esta
crisis de alguna manera. El encierro
debe tener otros matices alternativos, es una bomba de tiempo, Honduras debe
pedir ayuda internacional, no solo financiera, sino que especialistas
interdisciplinarios que nos ayuden a mejorar la estrategia para disminuir la
presencia del virus en nuestro país.