En los inicios de cada año casi de manera automática pensamos en nuevos
proyectos y metas que deseamos cumplir. Hacerlo nos hace sentir que estamos
avanzando y mejorando, pero el grado de cumplimiento a estos deseos tiene un
porcentaje muy bajo de ejecución. Hay muchos factores que provocan esta
situación entre ellos el alto nivel de expectativas que ponemos en las metas y
esto generalmente está relacionado con la comparación de lo que hemos logrado
con lo que tienen los demás. Compararnos con los demás es una mala estrategia
ya que todos estamos en una escalera infinita:” siempre habrá personas que
estén mejor y peor que nosotros. Nunca estaremos en la cima de todos ni tampoco
en lo más bajo”.
Desde la niñez nos enfrentamos a la pesadilla de que nuestros padres nos
estén continuamente comparando, con los hermanos y también con los amigos. Esta
situación deja huellas indelebles en la mente y principalmente cuando no se
logra cumplir las expectativas de alcanzar a la persona con quien nos comparan.
El niño sufre impactos severos en su autoestima los cuales muchas veces nunca
se superan. Esta dañina costumbre
afecta a todos los protagonistas , por
ejemplo si el hijo mayor logra éxito y sus hermanos no llegan a igualarlo
genera rencillas y envidias hacia él que desarticulan la armonía entre los
hermanos , la presión de la comparación
no estimula el crecimiento sino que lo interrumpe con esta emociones que no se
pueden controlar .Podríamos pensar que esta acción de compararnos con los demás
forma sociedades colectivistas donde se piensa en el bien común , muy por el
contrario estimula el individualismo porque todos son considerados como rivales
. Honduras es una sociedad individualista.
Hofstede distingue las cuatro dimensiones que definen una sociedad,
éstas coinciden con las tareas a las que se enfrenta cualquier sociedad: Individualismo-colectivismo. Distancia de poder. Masculinidad-femineidad. Reducción de la incertidumbre.
Las sociedades colectivistas son aquellas en las que se percibe una
interdependencia de sus miembros y donde prima el bienestar del grupo sobre el
individuo, es decir, la consecución de los objetivos grupales sobre los
individuales. La valía del individuo radica en cómo contribuye a la sociedad.
En cambio, en las sociedades individualistas sobresalen los valores que
fomentan el éxito individual y la competencia consigo mismo, es decir, los
objetivos del grupo quedan relegados a los objetivos personales.
La teoría de la Identidad Social de Taftel explica que las personas
tenemos dos identidades la personal y la social. Más adelante Turner expuso la
teoría de la Categorización del Yo, cuando la identidad social es saliente las
personas actúan como miembros del grupo, mientras que cuando es la individual
la saliente las personas se relacionan como individuos.
En las sociedades colectivistas como la japonesa la identidad social es
más saliente que la identidad individual, por eso los valores y normas sociales
prevalecen sobre los individuales, es decir, la conducta es prosocial.(Tomado
del blog Yo Psicólogo).
El principio saludable en el cumplimiento de las metas es “Debemos
competir con nosotros mismos, nunca comparándonos con lo que hacen los demás “
Cumplir este principio nos ahorrará muchos inconvenientes ya que no
estaremos angustiados o frustrados (de hecho así estaremos por lo de la
escalera infinita) sino alcanzamos estos parámetros de los demás. La auto
superación nos lleva al éxito sin repercusiones emocionales perjudiciales y
contribuye a revertir este proceso de sociedad individualista que nos tiene
postrados y que nos impide reaccionar ante las acciones que se cometen en
contra del bien común .
Si yo como individuo me dedico a mejorar con mis propios parámetros
entonces tendré más disposición a la colaboración colectiva, o sea la visión
del bien común.
Como padres de familia debemos estar conscientes que la comparación hace
mucho daño no solo a los protagonistas (hermanos) sino que al clima de toda la
familia y por ende de la sociedad.